La energía sexual es la energía más poderosa que existe, es la energía de la vida y la creación.
Desde que nacemos nuestra sexualidad se ve condicionada por causas familiares, culturales y sociales, esto nos lleva a desconectarnos de una sexualidad libre, inocente y satisfactoria, y de nuestra capacidad creadora.
La sexualidad sagrada nos acompaña a ser conscientes de la existencia de la energía sexual-creativa que habita en nosotros y en todo los que nos rodea, a través de la reconexión y la experimentación con nuestras energías femenina y masculina para experimentar la vida en unión y plenitud con todo.