La infancia es donde se crean nuestros pensamientos y creencias más importantes y duraderas. Somos esponjas y absorbemos todo – todo lo que escuchamos, vemos y percibimos. Luego tomamos decisiones a raíz de ello y, la mayoría de la veces, obtenemos percepciones erróneas acerca del amor, las relaciones, el trabajo, el dinero, la vida.
Así heredamos pensamientos, creencias y hábitos, sobre todo, de nuestros padres. Cuando somos niños, nuestros padres son dioses para nosotros y nuestra vida depende de ellos. Ellos son el ejemplo a seguir, o – si estamos enfadados con ellos – nos rebelamos a su ejemplo. Sea como sea, no nos permite ser ese ser único que somos en realidad. Repetimos las historias familiares sin saber que lo estamos haciendo.
Muchas veces no tenemos idea lo que está pasando, porque vivimos ciertas situaciones en nuestra vida una y otra vez, porque no logramos salir, porque no tenemos éxito.
Prácticamente todo problema en nuestra vida viene de esta época, la infancia.
Tu no puedes ver lo que hay detrás, porque son justo cosas que has estado reprimiendo. Deja que te ayude a ver y entender, y así soltar tu pasado.
Agradecemos a los padres y los soltamos para ser libres.