Para la mayoría de las personas, el dinero es una carga pesada. El dinero se ha convertido en un dictador. El dinero domina su vida, guía sus acciones y relaciones. Es triste.
En realidad el dinero es inocente y un simple método de intercambio.
Muchas veces me encuentro con el mensaje “es mejor ser pobre y tener un buen corazón”.
Me gusta compararlo con un cuchillo. El cuchillo en si es neutro, no es ni malo ni bueno. Una persona con el corazón abierto cortara alimentos con el, una soga para atar algo que se ha soltado o el papel de envolver un regalo. Una persona con el corazón cerrado puede hacer daño a otra persona. ¿Tiene el cuchillo la culpa?
¿Es mejor el cuchillo en manos de una persona pacífica y sana o en manos de una persona agresiva y llena de dolor? Creo que la respuesta es clara.
Ahora volvemos al dinero. ¿Es mejor el dinero en manos de una persona generosa y sincera o en manos de una persona con miedo y mentiras?
Supongo que eres una persona con valores y un buen corazón. Entonces el dinero está mejor en tus manos. Es mejor tener dinero y un buen corazón. Tener dinero no significa ser malo. Es un mensaje subliminal que aleja a muchas personas del dinero. Y esto es un problema. Rechazan el dinero por miedo a que los demás no quieren estar con ellos, o solamente por el dinero. Quejarse por el dinero es socialmente muy aceptado y querido.
Observa cuando hablas con las personas de dinero, que dicen y cómo actúan. La queja del dinero atrae más de que quejarse. Empieza a agradecer todo el dinero que tienes. Dale las gracias tantas veces que puedas. Así crearás más razones por la que ser agradecido.